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giovedì 25 agosto 2022

Ricardo Merlo se hace a un lado y le quita su “marca” al logo del MAIE

 



Merlo desaparece. Desde el 2006 se había presentado indefectiblemente en todas las elecciones políticas, en las próximas, sin embargo, permanecerá ausente por primera vez. Puede suceder, se podría decir. Pero no a un político que ha ocupado cargos importantes.

Merlo no hubiera podido abandonar la política. Su grupo en Argentina es numeroso y con la política "manya", come, algunos incluso se enriquecen. Y es por eso que los políticos no pueden simplemente desaparecer cuando aún están en condiciones de luchar por un escaño y por un cargo importante.

Merlo se aleja de su criatura. El “Movimiento”, una nave capaz de navegar por todos los mares en todas las condiciones climáticas contra viento y marea y de sacarle provecho a todo negocito ocasional que la política ofrece, de dar cargos aquí y allá, sobre todo en Argentina, pero también en Italia y ahora en todas partes.

El senador, en todos estos años, ha enriquecido la política con la introducción del falso alarde a un nivel que ni siquiera Maquiavelo había imaginado que pudiera existir. Y luego están las promesas electorales, nunca cumplidas, pero repetidas cada vez con un descaro épico. Sólo por su jactancia merecería un monumento en algún lugar de la Pampa. Una ciencia transoceánica, principio básico de la existencia del MAIE que ahora se queda sin Merlo, el político “piola”, por excelencia. Ricardo Merlo había "marcado" con su apellido el logo de su partido según las mejores tradiciones de los ganaderos argentinos, el MAIE, su "vaca", por así decirlo. Ahora, sin embargo, su apellido ya no aparece en el logo. La "vaca" se quedó sin dueño...

 Está claro que estamos en presencia de la desaparición definitiva del “Movimiento”.